Jornadas de Trabajo Poco Productivas en México
Según estadísticas de la OCDE que datan al año 2017, de los países pertenecientes a ésta México encabeza el primer lugar donde la gente trabajar el mayor número de horas al año con un total de 2,200[1], mientras que países mas desarrollados y con economías superiores como lo es Alemania, Dinamarca o Noruega, lo hacen con un total de 1,394 horas.
Lo anterior cobra mayor relevancia si consideramos que en el año 2017, tuvimos 253 días laborables en México, es decir, se trabajó un promedio de 8.6 horas diarias, mientras que de haber trabajado el mismo número de días en los países antes señalados, solo hubiera sido por un total promedio de 5.5 horas.
De igual manera es importante señalar que en México contamos por ley con 6 de vacaciones por lo que hace al primer año de trabajo, las cuales irán aumentando 2 días cada año hasta toparse al cuarto, mientras que en países bálticos y Europeos el promedio es de 24 a 30 días anuales por ley como mínimo, sin contar con los largos periodos que tienen por incapacidad, maternidad, días feriados, etc., etc.
Sin embargo, el hecho de que en México trabajemos largas jornadas no implica que contemos con trabajos bien remunerados o una mayor productividad dentro de las empresas.
Al respecto, un estudio de la Universidad de Stanford reveló que los empleados que trabajan promedio 60 horas a la semana, son menos productivos que los que lo hacen por 40[2], toda vez que el trabajar mas de 8 horas diarias puede traer como consecuencia no sólo ineficacia el tiempo extraordinario si no de todas las horas del día trabajadas, ya que nos topamos con factores como lo es la falta de sueño, estrés laboral y falta de tiempo para realizar actividades personales que nos afectan en el desarrollo de nuestra vida.
Partiendo de lo anterior, pareciera que para ambas partes debiera ser un ganar ganar reducir las jornadas de trabajo, pues el sector capitalista disminuiría el costo de su mano de obra, de margen de error y contaría con una mayor producción, aunado al hecho de que contaría con menos rotación de personal pues éstos estarían conformes con su trabajo lo que se traduce en una mayor capacitación, mientras que por otra parte, los trabajadores podrían tener mas tiempo para convivir con sus familias, así como para realizar sus actividades propias.
Sin embargo, lejos de contar con una mentalidad productiva, la clase capitalista, no solo exige a sus empleados trabajar cada día más un mayor número de horas diarias, sin importar la rotación de personal que ello pudiera producir, con motivo de la mentalidad limitada de la gran demanda de trabajo que existe en nuestro país, si no que inclusive ni siquiera se pagan éstas.
Efectivamente, una encuesta realizada por Trabajando.com a 3,000 mil empleados, concluyó que el 82% de los encuestados trabaja tiempo extraordinario, mientras que solo un 18% recibe el pago de éste.
Lo anterior, aunado al hecho de que las empresas han encontrado la forma de desconocer su pago, al establecer en sus contratos de trabajo cláusulas que señalen que “queda prohibido laborar tiempo extraordinario dentro de la empresa, salvo que así lo solicitare el patrón por escrito”, lo que evidentemente nunca sucede.
En este sentido, con la reformas a la Ley Federal del Trabajo a partir del 1º de diciembre de 2012, se estableció en el artículo 784 fracción VIII que corresponde la carga de la prueba al patrón de demostrar que el trabajador no laboró una jornada extraordinaria cuando se reclamen hasta 9 horas semanales en términos de la documentación que con base al artículo 804, fracción III tiene obligación de resguardar, a saber los controles de asistencia, mientras en caso de que se supere tal cantidad, corresponderá la carga de la prueba a la parte actora de demostrar que sí las laboró.
Por lo anterior, es posible concluir que para nuestras autoridades, resulta inverosímil que una persona trabaje mas de una hora y media diaria, suponiendo que su horario de trabajo fuera de 8 horas diurnas por 6 días de la semana, sin embargo es sumamente común escuchar casos de empleados que llegan a laborar de 10 a 12 horas diarias en total, quedando en un estado de desprotección total pues resulta sumamente complicado demostrar ello.
Lo anterior, mas aún si consideramos que en un juicio laboral basta con que un patrón niegue lisa y llanamente que la parte actora laboraba jornada extraordinario a su servicio para revertir la carga de la prueba y no solo del excedente de las 9 horas, si no de todas las reclamadas.
Al respecto, en un intento de evitar que la parte actora quede en estado de indefensión, la Segunda Sala de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación mediante la jurisprudencia 2a./J. 36/2017 (10a.) ha señalado que cuando una jornada extraordinaria se considere inverosímil por exceder de 9 horas a la semana, no es dable absolver al patrón de manera total de éstas, si no que únicamente de las excedentes.
En conclusión, pareciera que aún hay mucho por trabajar en México, pues no puede ser posible que por una parte contemos con una de las poblaciones en donde mas horas se trabaja al día, menos vacaciones hay y con uno de los salarios mínimos mas bajos a nivel mundial, es decir ¿verdaderamente las empresas se encuentran en el camino correcto para lograr su máxima productividad?.
Ya basta que las empresas extranjeras se acerquen a nuestro país con motivo de la mano de obra barata y sueldos mal pagados, si bien es cierto que ello es una fuente generadora de empleos, también lo es que podríamos lograr una mayor productividad como empelados si el País empieza a modificar sus leyes para ser más humanas y preocuparse por la calidad de vida de sus gobernados, es entendible que los sueldos no se puedan incrementar de la noche a la mañana toda vez que dependen de diversos factores externos, pero ello no quita que las empresas se preocupen mas por las condiciones de trabajo que otorgan a sus empleados.
Pareciera que la mentalidad de los empresarios generalmente se enfoca en preocuparse por que sus empleados no se desempeñen por debajo de las mínimas condiciones establecidas en la ley laboral, tal y como lo vemos con el pago mínimo de las cuotas obrero patronales o de las prestaciones exigidas en la ley , a fin de no incurrir en alguna ilegalidad que provocara una multa por parte de una dependencia de gobierno, siendo que se olvidan que su única fuente verdadera de riquezas la deben a sus empleados.
Un ejemplo del aborrecimiento anterior es la nueva mentalidad de la generación “millennial”, la cual inclusive esta dispuesta a sacrificar salario con tal de obtener un empleo que se adapte a su calidad y ritmo de vida, ya que son enemigos de laborar jornadas extraordinarias y mas aún si se tienen que cumplir dentro de un cubículo o lugar que no sea de su preferencia.
[1] https://data.oecd.org/emp/hours-worked.htm
[2]
https://cs.stanford.edu/people/eroberts/cs181/projects/crunchmode/econ-hours-productivity.html